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Entrevista «Explorando el futuro del ciclo del agua» co ateneísta Álvaro Silva

El viaje de Álvaro Silva: de Akademia a la vanguardia del sector hídrico

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En la Fundación Innovación Bankinter estamos muy orgullosos de los alumni que han participado en nuestro programa Akademia

El diseño y ejecución del programa lo hacen único: desde el proceso de selección de los estudiantes y el enfoque práctico e innovador del contenido de las clases, hasta la calidad de los docentes que las ofrecen. Esto hace que nuestros alumnos sean personas apasionadas por la innovación, dispuestas a brindar perspectivas nuevas y soluciones innovadoras en sus áreas de especialización. 

En esta ocasión entrevistamos a Álvaro Silva, antiguo alumno de Akademia y Doctor en Ingeniería Química y Ambiental por la Universidad de Santiago de Compostela. Hasta hace poco, Álvaro ha sido Director de Producción en OXIDINE Water Technology, compañía gallega que proporciona servicios integrales en la gestión eficiente del agua. Previamente, estuvo como Project Manager durante casi 7 años en Cetaqua – Water Technology Centre, donde trabaja la también antigua alumna de Akademia, Teresa Alvariño

Con ganas de seguir aprendiendo siempre, ahora está cursando un Executive MBA en el EAE Business School, y en paralelo, un curso que imparte el MIT sobre Sostenibilidad: Estrategias y oportunidades para la industria. 

A continuación, resumimos la entrevista que mantuvimos con David: 

¿Cuál ha sido tu trayectoria desde la universidad?

Una vez terminé la carrera de Ingeniería Química, hice el doctorado en el grupo coordinado en aquel momento por Juan Lema y, desde entonces, me convertí en un apasionado por el tema del agua, de su aprovechamiento, y de la optimización de su ciclo. Desde el doctorado, toda mi carrera profesional se ha desarrollado alrededor del ciclo del agua. 

Tras tu paso por el programa Akademia, ¿cambió tu manera de entender la innovación?

Cursé Akademia en los últimos años de carrera universitaria, con lo cual, carecía de experiencia profesional. Lo que me sorprendió de Akademia fue que las temáticas que allí se tocaban, como por ejemplo medicina personalizada, IoT, Cloud computing, sonaban a ciencia ficción en aquél entonces (te hablo de alrededor de 2009). Y me llevó a reflexionar que todas esas temáticas llevaban desarrollándose mucho tiempo antes de que las conociese y posteriormente se convirtiesen en herramientas y tecnologías que forman parte de nuestras vidas. Es decir, que se requiere un esfuerzo continuado de muchos tipos de perfiles (técnico, científico, de negocio) y una inversión también continuada, para que se produzca la innovación. En conclusión, que la innovación no es magia, sino una apuesta decidida que necesita músculo financiero, personal cualificado y tiempo suficiente para resolver los problemas de forma sostenibles (económica, ambiental y socialmente) y que aporten valor el máximo tiempo posible. El objetivo último de la innovación debe ser mejorar la sociedad y la vida de las personas

¿Qué es lo que más te gustó del programa Akademia?

Pues tiene que ver con mi respuesta anterior: Akademia hizo darme cuenta de que, realmente, lo que va a pasar mañana, ya se conoce hoy. Quiero decir, que las inversiones económicas dirigen las propuestas que surgen desde la investigación científica y tecnológica. Si miras dónde se está invirtiendo dinero hoy para hacer transferencia tecnológica, sabrás qué nos deparará el futuro mañana. 

¿Qué aprendizajes específicos te dejó el programa Akademia?

Lo primero, las hard skills de todos los temas tratados que yo no conocía antes y que ya he comentado (IoT, NFC, Cloud computing, medicina personalizada, etc.). Pero hubo otros aprendizajes casi más importantes, que tienen que ver con las soft skills. Y es interesante porque hace más de 10 años la importancia que se le daban a las soft skills no era la misma que se le dan ahora. El trabajo en equipo y el carácter multidisciplinar de los equipos, eran entonces conceptos mucho más novedosos que hoy. En todo el tema del agua, por ejemplo, no solo se necesitan perfiles técnicos o científicos. Va mucho más allá: se necesitan perfiles económicos, financieros, políticos, estratégicos y legales. Ser capaz de trabajar con otros perfiles y saber comunicarte con cada uno de ellos es algo básico que aprendí en Akademia y que se necesita para temas de complejidad tecnológica como es la gestión del ciclo del agua. 

¿Qué consideras que es lo más importante para la innovación en el sector del agua?

Dirás que soy muy gallego, que lo soy, pero para mí, la innovación más importante que tenemos hoy en día pendiente en el sector del agua es la innovación educativa. Es decir, a nivel sociedad no somos conscientes de todas las implicaciones que tiene el ciclo urbano del agua que usamos cada día. A nivel social, no sabemos qué supone la potabilización, qué supone el abastecimiento de agua o las redes de saneamiento y qué se hace antes de devolver el agua al cauce natural. Aquí es muy importante el valor que percibe el usuario. Abrir un grifo y que nos llegue agua de muy alta calidad como ocurre en España tiene un valor tremendo. Luego, cuando tiramos de la cadena, delegamos la gestión del agua residual en una empresa municipal o concesionaria y nos olvidamos del problema. No somos conscientes de todo el trabajo que hay detrás, ni de todos los profesionales involucrados, ni de todas las tecnologías presentes que hemos de mantener. En definitiva, como sociedad no somos conscientes de todo el valor aportado por el ciclo urbano del agua

Es muy importante educar a la sociedad para que perciba el inmenso valor que tiene este ciclo del agua y el precio que deberíamos pagar por tener todo eso. Aquí viene la siguiente innovación necesaria, que es la innovación de mercado: ¿sabías que el recibo del agua está muy subvencionado, habitualmente mucho más del 50%? Es necesario que seamos muy conscientes de que lo que estamos pagando no tiene nada que ver con lo que cuesta disponer de agua y posteriormente limpiar el agua

Y, por último, se necesita innovación legislativa: muchas tecnologías de tratamiento bien probadas y eficaces no pueden aplicarse porque no existe un marco legislativo que te lo permita. Un ejemplo claro es en el ámbito de reutilización del agua, donde existen soluciones que a nivel científico y técnico están validadas y que luego no pueden llevarse a la práctica porque la legislación no nos permite habilitarlas. 

¿Qué tendencias tecnológicas consideras que tendrán un mayor impacto en el sector del agua en los próximos años?

Creo que existen 3 áreas fundamentales. En primer lugar, considero de capital importancia tener en cuenta que existe un porcentaje muy elevado de la población mundial que no dispone de agua potable y no digamos ya, de alta calidad. Recordemos que el agua es un canal de transmisión de enfermedades infecciosas perfecto. Lo más básico, desde mi punto de vista, es desarrollar tecnologías de muy bajo coste capaces de instalarse en países que necesitan mucho más desarrollo, para que TODO el mundo tenga agua de calidad para satisfacer sus necesidades vitales. Este es el principal reto. 

En segundo lugar, a nivel europeo, y en particular en España, tenemos muy poca agua. A nivel mundial, el agua que puede ser utilizada por un ser humano representa tan solo el 0,5% del total del agua existente en el planeta. Esto significa que el agua es “oro líquido” y no hay conciencia de ello. Independientemente de la emergencia climática, que puede agravar el problema, el nivel del agua disponible es constante y la población sigue creciendo. Esto es, cada vez hay menos agua por cada habitante. Así que no queda más remedio que usar bien el agua. La reutilización es clave. Hay muchas herramientas tecnológicas que permitirían la reutilización de aguas a nivel urbano e industrial. Lo que se necesitan, como apuntaba antes, son innovaciones regulatorias y legislativas e inversión económica, de manera que el uso de agua virgen sea mínimo. Por poner un ejemplo, el regadío de la vegetación de un parque no necesita una altísima calidad de agua, y podría reutilizarse agua depurada del sistema de saneamiento y/o de aguas industriales y muy raras veces se hace, a pesar de que la ley ya lo permite, sin embargo, no existe la infraestructura técnica necesaria para ello. En industria casi no se reutiliza agua, a pesar de que su consumo es ingente. En países como Singapur la legislación en reutilización de agua permite que los ciclos de uso sean muy superiores a los que podemos efectuar en España. 

En tercer lugar, está el saneamiento. El agua sucia que sale de las industrias y de las zonas urbanas o rurales debe ser tratada en una estación depuradora de aguas residuales. Estas instalaciones, actualmente, son muy dependientes energéticamente, es decir, son intensivas en energía y ésta debe proveerse desde el exterior, habitualmente desde fuentes no renovables. Existen ya tecnologías que permiten que se puedan construir estaciones depuradoras que no sólo sean autónomas en energía, sino que, además, sean excedentarias en este recurso. Termodinámicamente, el agua tiene unos recursos energéticos suficientemente altos como para que su depuración sea autosostenible energéticamente. En España no existen referencias, pero en Europa ya hay en marcha depuradoras que aplican este principio. Aquí se necesita mucha voluntad política y músculo financiero para poner ese tipo de plantas en producción. Pero las nuevas tecnologías que lo hacen posible, ya existen. 

¿Cuál es la relación entre el agua y la energía? 

El agua y la energía son como hermanos gemelos; van siempre de la mano: si el agua circula es porque existe energía suficiente que la haga circular. La potabilización también necesita energía. Y como comentábamos antes, el abastecimiento y el saneamiento también necesitan de este recurso.  

Por otro lado, el vector energético por excelencia en la industria es el agua: el agua se calienta para generar vapor necesario en ciertas aplicaciones. Otros procesos que necesitan energía, ésta se provee mayoritariamente a través del agua. 

Y cerrando el círculo, el agua produce la energía hidroeléctrica, la energía de las mareas (energía mareomotriz) que ya se está poniendo en marcha en algunos países europeos, y la energía de las olas (undimotriz), donde ya existen tecnologías a nivel TRL9, es decir, de aplicación inmediata. Y algo que es capital: el agua es el perfecto sistema de almacenamiento energético para mantener un mix energético adecuado. Es la base de lo que se denomina almacenamiento hidroeléctrico por bombeo: en horas de baja demanda energética, el agua se bombea aguas arriba hacia una presa. Cuando sube la demanda energética, el agua se turbina aguas abajo para producir electricidad. Este sistema de almacenamiento requiere de grandes inversiones, pero evita los problemas subyacentes de otros sistemas de almacenamiento como las baterías: para obtener los materiales necesarios para estas, se necesita una gran cantidad de energía que lleva asociada enormes cantidades de CO2 que tardan años en compensarse. 

La transición energética tiene dificultades que no se tratan de poner más paneles solares y más baterías: es necesario tener una visión más holística y enriquecerla técnicamente pare entender bien las implicaciones de sostenibilidad de las distintas soluciones.  

¿Qué consejos darías a los jóvenes que quieran trabajar en el sector del agua?

Lo primero que quiero apuntar es que necesitamos más comunicadores convenientemente formados. Quien tiene la llave para permear todo este conocimiento sobre el agua a nivel social es la prensa, son los periodistas, que necesitan cierta formación científico-técnica para poder transmitir adecuadamente los conceptos y los datos. Desde aquí, hago un llamamiento a este colectivo. 

Dicho esto, lo primero que necesita un estudiante, incluso antes de entrar en una carrera, es informarse mucho. Que intenten preguntar lo máximo que puedan a personas con conocimiento del tema del agua. A nivel vocacional cuanto más sepas del ciclo del agua, más interés va a despertar en ti

Por otro lado, sin lugar a dudas, va a haber mucho trabajo alrededor del ciclo del agua. Dada la multidisciplinariedad que ya hemos visto que es necesaria, que decidan desde qué perfil se ven más capaces y más felices aportando valor en una temática tan grande como es el agua: estudiantes de Derecho, de Ciencias Políticas, de Periodismo, etc., pueden tener un gran porvenir en temas del ciclo del agua si hacen el esfuerzo por entender las bases científico-técnicas

Además, que intenten involucrarse desde muy pronto en proyectos alrededor del agua. Yo creo mucho en el concepto de learning-by-doing que es cuando te enfrentas a hacer un trabajo real donde percibes las dificultades reales y cómo resolverlas. 

Y, por último, también creo mucho en la cultura del esfuerzo y el aprendizaje continuo. Este tipo de profesiones necesitan un reciclaje continuo, estando al tanto de todas las novedades e innovaciones científicas, tecnológicas y regulatorias. 

Con todo lo apuntado, cualquiera puede convertirse en un profesional de referencia en el ámbito del agua, con el desarrollo de un criterio claro y sabrá cómo ha de enfrentarse a cualquier desafío que se le plantee. 

¡Muchas gracias, Álvaro! ¡Y muchos éxitos! 

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